metamodelo - An Overview

Esta definición toca una serie de aspectos básicos; el trabajo de grupo es un método de Trabajo Social, ayuda a los individuos en su funcionamiento social, es constructivo y su finalidad es superar dificultades personales, de grupo y de comunidad. Moix hace un estudio de las principales definiciones del Trabajo Social de grupos a lo largo de su historia, aludiendo a definiciones de autores relevantes en esta materia como Coyle (1939), Sullivan (1945), Wilson y Ryland (1949), Northen (1969), Alissi (1980), para precisar que el Trabajo Social con grupos es aquel que tiene como finalidad el aumento del enriquecimiento particular o del funcionamiento social y el logro de otros fines socialmente deseables de aquellos que participan en los mismos. Igualmente, apunta que el trabajo social con grupos debe ser cimentado en el conocimiento de las necesidades que los individuos tienen unos de otros y de su interdependencia, de ahí que, «para facilitar el logro de metas socialmente deseables, se use para reducir o eliminar el bloqueo de la interacción social» (Moix, 1991: 341). El Trabajo Social de grupos contemporáneo pone el acento en la acción y en la influencia, como también en la interacción y en la adaptación. De alguna forma, la definición queda más completa si se añade lo siguiente: el Trabajo Social de grupo proporciona un contexto en el cual los individuos se ayudan mutuamente; es un método para ayudar tanto a grupos como a individuos, y para conseguir que tanto individuos como grupos sean capaces de solucionar problemas personales, de grupo, de organización y de la comunidad.

Si, por el contrario, el tratamiento se dirige al cambio del medio, la labor va dirigida a conseguir las modificaciones necesarias con el fin de disminuir las presiones/tensiones o incrementar las oportunidades y las gratificaciones. En este caso la labor del trabajador social se encuentra relacionada con hacer desaparecer las incomprensiones respecto del cliente, lo que permite al entorno modificar percepciones y actitudes hacia él. Otra técnica en este caso es cambiar al cliente del medio en el que se encuentra, dándole la posibilidad de vivir en un entorno que se encuentre más acorde con las necesidades y aspiraciones que posee el cliente. Hollis y Woods (1981) desarrollan además tres formas de observar el trabajo en el medio ambiente por parte del trabajador social dependiendo de varios factores, tales como: a) El tipo de recurso desde el que se provee la ayuda. Los autores señalan que es importante este aspecto porque la intervención en el medio, o en el entorno del cliente, vendrá definida por la característica del recurso al que el cliente acude. b) La relación que tiene el cliente con las personas que forman parte de su medio, la cual puede ser de dos tipos, instrumental o expresiva:

en contacto, convirtiéndose, en cierto modo, en una cámara de resonancia para lo que ocurre entre el paciente y él. Recibe y hace reverberar todo el acontecer de esta interacción y la amplía hasta incorporarla a la dinámica de la terapia» (Polster, 1976: 34). Digamos que el terapeuta no debe interpretar ni condicionar las actitudes y comportamientos del cliente, sino que debe atender a la conducta del mismo. Debe darse cuenta de lo que ocurre en el aquí y ahora del cliente, más que efectuar preguntas e interpretaciones sobre el allá y el entonces. El terapeuta gestáltico debe usar un estilo activo y directo que intente conseguir una relación horizontal entre terapeuta y cliente, donde el foco de atención sea el cliente y no la relación de superioridad del terapeuta sobre el cliente o del sano sobre el enfermo. El terapeuta Gestalt debe poseer ciertas características claves para el adecuado funcionamiento de las dinámicas Gestalt: a) Habilidad para comunicar las cosas de forma clara, concisa y directa: para ello el terapeuta Gestalt debe utilizar un lenguaje claro, que pueda ser comprendido por el cliente o los clientes. b) Capacidad para centrar la orientación en el «aquí y el ahora», quedándose en el presente y no en el pasado ni en el futuro: esto hace referencia a que el terapeuta Gestalt se «dé cuenta» del presente en todas las facetas de la transacción durante la intervención: esté atento y se dé cuenta de los defectos de la conducta propia y de la del cliente (distracciones, cambios de tema, narración de historias) e igualmente se dé cuenta de los resultados que aparecen.

Esta dispersión se concreta igualmente en la no existencia de un acuerdo sobre la definición del Trabajo Social comunitario. Las definiciones sobre el método de organización comunitaria son múltiples y variadas. Moix señala que esta ausencia es causada porque no se «dispone de un cuerpo de teoría que permita la ordenación del vasto despliegue de datos distintos acerca de las características de la comunidad, sus problemas y los métodos de actuación para resolverlos» (Moix, 1991: 39). Algunas de las definiciones más relevantes sobre el Trabajo Social comunitario son las siguientes: McNeil (1954): «El proceso por el cual la gente de las comunidades, como ciudadanos individuales o como representantes de grupos, se une para determinar las necesidades de bienestar social y movilizar sus recursos». ONU (1958): «Desarrollo de la comunidad es el proceso por el cual el propio pueblo participa en la planificación y en la realización de programas que se destinan a elevar su nivel de vida. Eso implica la colaboración indispensable entre los gobiernos y el pueblo para hacer eficaces esquemas de desarrollo viables y equilibrados (Moix, 1991: 395). Friedlander (1977): «La organización de la comunidad es el proceso del Trabajo Social de establecer un ajuste cada vez más eficaz entre las necesidades de bienestar social y los recursos de la comunidad dentro de un área geográfica».

e) Defensa para la obtención de servicios. La advocacy (defensa) es una estrategia de intervención del Trabajo Social que surge de la distribución desigual de recursos. La recogida de datos que se make durante las fases de implementación del servicio y supervisión puede ser utilizada no sólo para asegurar la calidad del servicio, sino también para observar la deficiente posición del cliente y la necesidad de efectuar un mayor esfuerzo de defensa en favor del mismo. Debido a que muchos de los clientes de la gestión de casos son clientes frágiles, vulnerables y dependientes, la defensa se convierte en una habilidosa mezcla entre hablar y luchar a favor del cliente, al mismo tiempo que sirve para impulsar al cliente a que sea capaz de hablar y luchar en su propio beneficio. El objetivo de la defensa, aunque quizás utópico, no es otro que el de impulsar a los clientes a que sean capaces de defenderse por sí mismos. La defensa puede tener muchos frentes distintos, que van desde intentar conseguir para un cliente el acceso a un recurso unique como puede ser la vivienda, hasta centrarse en convencer a los gestores de un servicio para que cambien ciertas regulaciones que limitan el acceso a cierto grupo de clientes, o incluso intervenir para influir políticamente con el objetivo de que se cambien ciertas regulaciones o normativas generales que afectan seriamente a un determinado grupo de clientes.

a) Los organismos sociales tienen roles limitados y fragmentados, por lo que encuentran dificultades para tratar globalmente los problemas de los clientes y la gama de problemas sociales que necesitan atención. b) La financiación de los organismos sociales restringe los recursos disponibles y controla negativamente aquellas soluciones que son contrarias a los intereses económicos. Por otro lado, el papel público y corporativo de los organismos sociales hace que se adopten dentro de los mismos puntos de vista colectivos en armonía con puntos de vista convencionales de la sociedad. c) La organización jerárquica y burocrática de los organismos sociales tiende a reforzar la cautela y el acatamiento de normas y convencionalismos. d) La representación en los comités de dirección y en los órganos públicos responsables de las normas que rigen los organismos sociales suele estar constituida por gente que encarna o acepta el sistema vigente y no por clientes sociales o representantes de comunidades necesitadas u oprimidas. e) El profesionalismo del Trabajo Social hace que los trabajadores sociales sean gratificados por la sociedad con estatus, altos ingresos y otras ventajas del cargo, animándoles de esta forma a aceptar el statu quo y a rechazar cualquier análisis crítico de los problemas que tienen en sus manos (Ryant, 1969, citado en Payne, 1996: 260). Dentro del Trabajo Social crítico-radical siguen siendo importantes para la intervención los valores de equidad y justicia, el respeto por el cliente, el apoyo para la solución de sus problemas dentro de los grupos sociales y procesos políticos en los que éste se encuentra.

El modelo de intervención en crisis se basa principalmente en la disminución del estrés, de la presión que padece una persona cuando se encuentra ante un acontecimiento essential que desestabiliza su equilibrio regular, siendo el objeti-

La diferencia del modelo de modificación de conducta con respecto de otros modelos de intervención del Trabajo Social estriba, según señala Jehu (1979), en que en el Trabajo Social conductista se tienen más en cuenta las situaciones especiales que controlan la conducta del problema que aquellos factores que contribuyeron a su desarrollo.

a) La asignación de casos. Se trata de un método que no sólo afecta a la organización del tiempo, sino también a la calidad del servicio ofrecido al usuario, reconociendo que éste es un caso único y permitiendo la presencia de una variedad de métodos de ayuda. La asignación de casos abarca la productividad y el volumen de casos tratados y tiene como características la valoración continua y la revisión. Con esta técnica se pretende acabar con el denominado «círculo de práctica caótica» en el que los trabajadores sociales de primera línea responden de forma no planificada a las diversas dilemmaáticas aportadas por los clientes del servicio. Este método posee diversas fases según Coulshed (1998) y son las siguientes: — Fase uno: El trabajador social y el director del servicio revisan juntos caso por caso, deciden qué casos se deben cerrar y cuáles se deben tratar de forma diferente o continuar en la misma línea. — Fase dos: El trabajador social y el director del servicio metamodelo recogen las valoraciones y planes de intervención para ofrecer un breve resumen de la situación, incluyendo quizá un perfil del cliente/grupo/familia/comunidad. Le sigue una definición del problema, que incluye los objetivos que se quieren alcanzar y la implicación disponible. Se declara la forma en que se quieren alcanzar los objetivos y se mantiene la frecuencia de contacto requerida.

d) Contrato. El contrato se refiere al proceso a través del cual el cliente y el trabajador social llegan a una definición compartida de la definición del problema y explicitan un mutuo acuerdo sobre los objetivos, tareas, roles respectivos y términos del trabajo a realizar. El contrato en el Trabajo Social debe de caracterizarse por ser mutuo y claro. Para llegar a él, trabajador y cliente tienen que participar en la definición del problema, en su exploración y asesoramiento, en la definición de prioridades y en la planificación de las estrategias iniciales. El contrato lower posibles discrepancias entre cliente y trabajador social, ayuda a captar la motivación del cliente al fijar tareas y objetivos, asumiendo la responsabilidad de trabajar en ellos y permite desarrollar una responsabilidad recíproca en la definición del problema, en el asesoramiento, en la planificación y en la intervención, lo cual proporciona a su vez una base sólida para que, al terminar el proceso de ayuda, se puedan evaluar los logros obtenidos, planificar futuras acciones y evaluar los resultados del servicio. Como efectos más cercanos, el contrato facilita centrar y estructurar el trabajo a realizar, disminuye la ansiedad asociada al miedo ante lo desconocido y la ambigüedad inherentes a todo comienzo y es capaz de poner en marcha la energía necesaria para realizar el trabajo.

g) Apreciar las contribuciones de las mujeres y utilizar las experiencias individuales para dar sentido de su realidad social (Cook dinner y Kirk, 1983, citado en Dominelli, 1997). Dominelli (1997) outline el Trabajo Social feminista como una forma de Trabajo Social práctico que tiene la desigualdad de género y la eliminación de la misma como punto de partida para trabajar con mujeres, al igual que con individuos, grupos u organizaciones, buscando promover el bienestar de la mujer tal y como lo definan las propias mujeres. El Trabajo Social feminista se distingue más por sus postulados filosóficos y por sus consecuentes orientaciones en cuanto a los valores que por establecer un conjunto unitario de técnicas. Estos postulados y concepciones del Trabajo Social feminista han sido alabados por su congruencia con los valores y principios del Trabajo Social. En su libro Not for Gals only; Social Get the job done Observe to get a Feminist Long run, Bricker y Hooyman (1986) describen los siguientes postulados sobre los que se fundamenta la práctica feminista del Trabajo Social: a) Fin del patriarcado. Mediante la valoración de las perspectivas y experiencias de las mujeres y reclamando su historia, y mediante la transformación de las relaciones sociales y personales y acabando con los sistemas de subordinación y privilegio.

Este movimiento implicaba la lucha por la liberación de las mujeres de su sometimiento por las estructuras sociales, políticas y simbólicas del patriarcado. El feminismo ha supuesto el cuestionamiento de las instituciones y tradiciones fundacionales del patriarcado a través de un largo proceso histórico de concienciación femenina y de lucha política.

g) El trabajador social como agente de control social. Hay sistemas sociales a quienes se les ha encomendado el ejercicio del Manage social sobre personas cuyo comportamiento se desvía de las normas y leyes sociales y se les encomienda una función de protección a favor de otras personas que se sienten o están amenazadas por ese comportamiento. Los trabajadores sociales actúan como agentes de Command social y están autorizados y legitimados por la propia institución o recurso social en el que están empleados. Según los autores, las siete funciones señaladas no son independientes unas de otras. Consideran la práctica del Trabajo Social como un «cambio planificado», donde el trabajador social debe aportar además de sus habilidades y capacidades profesionales para elegir o seleccionar aquellas funciones y tareas más adecuadas para ayudar a los clientes en su problemática, debe de incorporar su propio arte, sus propios sentimientos, percepciones, valores y estilo de vida. three.one.4. El proceso de intervención Los autores entienden la intervención del Trabajo Social como un proceso y lo entienden como un proceso de «cambio planificado». El concepto de strategy lo incluyen en su definición de la práctica profesional, puesto que strategy viene a significar una «guía modelo», bien pensada y dirigida para conseguir un objetivo o algo que uno se ha propuesto. El concepto de cambio lo utilizan porque implica movimiento y significa transformación de una situación o un estado en relación a un punto de referencia anterior.

naturaleza de su relación. Involuntariamente, el trabajador social tiende a encajar las situaciones de los clientes en sus teorías. Como resultado, se da un proceso selectivo de escuchar en las comunicaciones que efectúa el cliente sólo aquellos elementos que confirman las posiciones teóricas, filosóficas o ideológicas, dejando pasar aquellos otros elementos que no encajan en ellas. Así, puede darse el caso de que los clientes pueden esperar que el trabajador social les ayude con sus problemas cotidianos, mientras que el trabajador social intenta descubrir la principal causa de los problemas; es decir, los clientes desean ayuda en los asuntos situacionales, mientras que el trabajador social se centra en los temas de personalidad. Este diferente enfoque crea sensación de frustración y de fracaso en ambas partes. En lo que a la metodología se refiere, el modelo propone algunas cuestiones novedosas que se pueden agrupar en torno a dos: los principios metodológicos y los modos de acción. Algunos de los principios metodológicos más importantes que incorpora el Trabajo Social sistémico a la práctica profesional son: a) El principio de la mediación. El principio metodológico de la mediación significa que el trabajador social adopta en el contexto del problema una posición «intermedia» entre las personas implicadas y se esfuerza por mantener esta posición durante todo el proceso de intervención.

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